Los dinamismos complementarios de permanencia y despliegue, se expresan psicológicamente en las necesidades de seguridad y significación, que son constitutivas de la persona y complementarias entre sí.
La necesidad de seguridad afirmó en mi libro Reconciliación de la historia personal: “explica que el hombre requiere una base, un piso, una raíz, un sustento”. (p. 19)
La necesidad psicológica de significación es la expresión de la aceptación de sí, la valoración personal y el amor. Es la necesidad de otorgarle sentido a lo que se hace cotidianamente para descubrir su proyección trascendente, y a su vez, está vinculada profundamente al despliegue, porque en ella se vive la aceptación de sí mismo, que vuelca a desarrollar sus potencialidades en el amor cristiano hacia los demás. Sin embargo, cuando esta necesidad no se satisface, se suele producir en la persona una experiencia de sinsentido y, poco a poco, se percibirá como alguien que no merece ser amado, pensando erradamente que nadie ama a alguien que no vale. Siendo esa razón, justamente la sensación que la persona proyecta cuando no satisface esta necesidad.
De esta manera, el hombre contemporáneo normalmente trata de satisfacer ambas necesidades con cosas inferiores a su dignidad de persona, es casi como ponerse unos zapatos dos tallas más pequeñas. Porque, quien pretende encontrar seguridad y significación en el placer o el mero bienestar de hacer siempre su gusto, en el tener cosas y fama, o en el dominio que pueda ejercer sobre los demás, lógicamente y, aunque esté convencido que será feliz así, terminará negando su propia dignidad y, por ende, la de los demás. Sólo verá en ellos unos objetos capaces de darle placer, admiradores sin rostro, ocasiones de ser alabado, o seres inferiores a él.
Por este motivo, quien vive así no se conoce a sí mismo, no se acepta, no se ama, vive sometido a la tiranía de sus pasiones desordenadas y se ha hecho literalmente esclavo de ellas, debido a que ha dejado de verse a sí mismo como persona, mutilando su corazón y su mente.
Psi.Humberto Del Castillo Drago
Director General de Areté