José Carlos, de 35 años, llega a mi consulta afirmando que tiene adicción a la pornografía online, que su esposa lo ha descubierto, y que le ha pedido que empiece tratamiento, ellos son católicos practicantes, intentan vivir su fe, incluso participando activamente de su parroquia. Es claro que el uso problemático de pornografía de José Carlos, tiene sus raíces en su historia personal, donde tuvo su iniciación sexual a temprana edad, además de no haber tenido en su infancia una adecuada educación sexual. También se detecta ansiedad y angustia, que intenta resolver inadecuadamente con la pornografía y el autoerotismo. En el transcurso de las terapias, se ve claramente que el consultante, tiene poco tiempo para si mismo, la oración, recreación, vida familiar, están relegadas, vive estresado con el trabajo y la falta de dinero para cumplir con la familia, no está priorizando su vida interior.
Este es un tema importante, para el desarrollo de la virtud en cualquier persona, y para el crecimiento del liderazgo virtuoso de manera integral. La vida interior es la base de cualquier crecimiento humano, que intenta responder a la naturaleza de la persona, y que no es solamente poseer algunas habilidades que nos ayuden a ser mejores y a solucionar ciertos problemas laborales y familiares. Nuestra intención es brindar distintos recursos para que la persona madure integralmente en su opción |por la virtud, de manera que pueda impactar en la vida de otros, desde un liderazgo virtuoso. Se trata de crecer en un liderazgo virtuoso y aprender distintas habilidades para la vida, con el fin de vivir una existencia virtuosa, ser feliz, realizarse como ser humano, e impactar positivamente en la vida de todos los que nos rodean. En este orden de ideas es fundamental el trabajo interior y personal que cada uno de nosotros está invitado a llevar a cabo.
Cultivar, alimentar la vida interior es fundamental para el crecimiento como personas virtuosas y que podamos ejercer un liderazgo virtuoso de lo contrario es fácil perder el norte del camino, y reducir nuestra vida a solo un aspecto, como puede ser a lo material, la búsqueda del placer o solamente lo biológico, o el que se cree su pensamiento y vive aferrado a sus pensamientos, o el que reduce su vida a lo emocional, porque no las vive adecuadamente, no las conoce o entiende. También están los que se creen sus personajes y roles, y reducen su vida a una máscara.
Esta habilidad para la vida, está inspirada en el Séptimo hábito de Stephen Covey: “Afilar la Sierra”, y significa preservar y realzar el mayor bien que tú posees: tú mismo, significa cultivar y desarrollar las tres dimensiones: física, psicológica y espiritual y las tres facultades psicológicas: inteligencia, afectividad y voluntad. Se trata de madurar y crecer integralmente, de manera que podamos ser felices y vivir plena, amando y sirviendo a los demás. Cultivarnos a nosotros mismos implica, cultivar nuestras tres dimensiones, puesto que las tres están íntimamente relacionadas, y una impacta en la otra, y no porque la física sea la biológica, y pareciera la más externa, no está relacionada con las otras, al contrario, es importante afirmar la unidad inseparable entre las tres, y que no se puede hacer un trabajo interior sin considerar lo físico o biológico.
Desarrollemos ahora las tres dimensiones, y entendamos también las tres facultades psicológicas.
La Dimensión Física
Se trata de cuidar nuestro cuerpo: alimentándolo adecuadamente, descansando lo suficiente y haciendo ejercicios y deporte con regularidad.
A mis consultantes les explico que los ejercicios físicos, son el mejor estabilizador de ánimo natural, puesto que generamos el neurotransmisor llamado “serotonina”, que es una sustancia que es liberada después de realizar actividad física. Este neurotransmisor influye directamente en nuestro estado de ánimo y en nuestra paz interior. El aumento de esta hormona estimula la tranquilidad, serenidad y calma, en quién la realiza, nos ayuda a conciliar el sueño y a regular la ingesta de alimentos. El ejercicio físico o deporte nos ayuda también a disminuir la ansiedad, el miedo, la agresividad y a encauzar el apetito sexual.
Otro hormona o neurotransmisor que es generada por la actividad física es la “dopamina”, que es la vinculada con el “placer”, para hacer distintas cosas y actividades. Es la que nos permite sentir placer luego del ejercicio físico, por esta sensación placentera es que queremos y “necesitamos” hacer actividad física. Al hacer deporte reducimos la búsqueda de esta sensación de placer en otros actos menos saludables, como puede ser la ingesta de tabaco o de dulces. La actividad física genera también las hormonas o neurotransmisores llamados “endorfinas”, que funcionan como un analgésico natural, son las responsables de la reducción del sentimiento de dolor, así como de la ansiedad y el estrés. Estimulan receptores especializados en el sistema nervioso central, produciendo así la sensación de bienestar.
Por todo esto es que se recomienda hacer actividad física por lo menos tres veces a la semana, ojalá más; lo ideal son cinco días a la semana, por lo menos 30 minutos cada vez, lo importante aquí es la regularidad, constancia y perseverancia en el tiempo. Se trata como en el desarrollo de las distintas habilidades para la vida, de generar un hábito, que es cualquier comportamiento aprendido, mediante la repetición, que se realiza de forma habitual y automática sin apenas pensar en ello.
El ejercicio o actividad física, no solo es bueno para la mente, estado de ánimo o actividad psíquica, es beneficioso también para nuestro cuerpo y en cualquier edad, puesto que reduce el padecer enfermedades coronarias, derrames cerebrales, diabetes y algunos tipos de canceres. Reduce el riesgo de padecer osteoporosis, que provoca que los huesos se vuelvan frágiles y puedan romperse, aliviar dolores lumbares bajos.
Otro tema importante es la buena alimentación o alimentación saludable, la cual consiste en ingerir una variedad de alimentos que te brinden los nutrientes que necesitas para mantenerte sana, sentirte bien y tener energía. Estos nutrientes incluyen las proteínas, los carbohidratos, las grasas, el agua, las vitaminas y los minerales. La buena alimentación es una forma excelente de ayudar a tu cuerpo a mantenerse fuerte y saludable. Es importante mencionar que las necesidades nutricionales y alimentarias varían con la edad, sexo, salud y niveles de actividad, igual damos algunos consejos alimentarios básicos generales:
- Comer carbohidratos con almidón como base de la mayoría de las comidas
- Comer frutas y verduras tanto como sea posible todos los días.
- Comer legumbres con regularidad.
- Consumir leche y productos lácteos regularmente en pequeñas cantidades. Actualmente en nuestra sociedad se viene difundiendo los productos de leche de cabra, que es un alimento natural funcional, con propiedades nutritivas, medicinales y cualquier persona la puede tomar y consumir sus derivados porque es la más parecida a la leche materna. Es una gran fuente de minerales y vitaminas las cuales equivalen al 33% de las necesarias para un día con una dieta basada en 2,000 calorías. Tiene una más fácil digestión respecto a la leche de vaca.
- Comer carne, pollo, huevos y pescado regularmente en cantidades normales, suministran proteína de alto valor biológico, que en general es un buen complemento de los alimentos vegetales con un contenido limitado de aminoácidos. Estos productos son además ricos en otros nutrientes. Igual cada persona está invitada a descubrir qué tipo de carne, es la que la nutre o le genera sobrepeso. Se puede utilizar la carne vegetal, sin llegar a ser vegetariano o vegano. Dicha carne vegetal es más fácil de digerir y es baja en calorías y grasas, ayuda a adelgazar, entre otros beneficios se sabe el aumento de la sensación de saciedad, el retraso de la absorción de la glucosa y del colesterol o un aumento de la motilidad intestinal asociada a una mejora de los cuadros de estreñimiento.
- Elegir cuidadosamente el tipo de grasas y aceites en la dieta y usarlos en cantidad limitada.
- Limitar el consumo de azúcar y de alimentos y bebidas azucaradas.
- Limitar el consumo de sal.
- Limitar el consumo de alcohol.
- Beber mucha agua a diario.
También es importante hablar de la necesidad del descanso y la recreación.
El descanso es fundamental para nuestra salud y bienestar. Al descansar nuestro cuerpo se recupera y restaura mediante los varios ciclos o fases que conforman el sueño. Los tejidos del cuerpo crecen y se reparan, por ello dormir lo suficiente es fundamental para tener buena salud. Se recomienda dormir entre 7 y 8 horas diarias, al suceder esto, la memoria mejora, el sistema inmune se fortalece, la presión sanguínea baja, la inflamación en el cuerpo se reduce, la concentración y capacidad mental mejora, y tendrás más energía y mejor humor. También ayuda a mantener un peso saludable, ya que la falta de descanso contribuye a la subida de peso. La parte del cerebro que controla el sueño, también es responsable del metabolismo, por ello, cuando no duermes lo suficiente, tu cuerpo segrega una hormona que incrementa el apetito, haciendo que comas más. El sueño nos repone física y mentalmente después del día, restituye nuestra energía y previene de distintas enfermedades y patologías. Además de elegir un colchón, una almohada y un pijama que resulte cómodo para el descanso, para poder descansar se recomiendan seguir un horario de sueño y, siempre que sea posible, mantenerlo también los fines de semana.
Hablemos ahora de la recreación y su importancia, para una vida saludable y virtuosa. Es toda clase de distracción dentro y fuera del trabajo sin importar la edad que se tenga. Es poder realizar cualquier actividad que uno guste y que nos llene de alegría, diversión y que nos deleite. Es cuándo nos apartamos de la rutina del trabajo y de las responsabilidades habituales, incluso en los ámbitos familiar y social. Se considera importante los momentos de recreación durante el día e incluso un día a la semana, donde se realice labores diferentes y se salga de la rutina diaria y semanal. También es importante el tiempo de vacaciones, mínimo una o dos semanas, las mismas se pueden realizar dos o tres veces al año.
La Dimensión Psicológica
Nos referimos a la dimensión donde se encuentra la vivencia interior de la persona: ideas, criterios, emociones, sentimientos, pasiones, motivaciones, entre otras. Es una dimensión importante a cultivar, desarrollar y desplegar. En nuestro mundo actual, cada vez más se reconoce la importancia de esta dimensión, de atenderla y cultivarla. Se sabe que la frase “No voy al psicólogo porque no estoy loco”, es una frase de quienes no quieren aceptar que necesitan de esta ayuda y que están negando su problema, por miedo a enfrentarlo y a ser etiquetados o rotulados. La psicología es la ciencia que estudia la actividad psíquica de la persona, sus fenómenos psíquicos, donde hay procesos mentales, vivencias afectivas o emocionales y comportamientos o conductas.
Tú y yo, estamos invitados a cultivar nuestra dimensión psicológica, necesitamos conocernos a nosotros mismos, entender nuestra personalidad, educar nuestras emociones, madurar nuestra afectividad y sexualidad, aprender habilidades sociales, empatía, asertividad y comprender nuestros comportamientos, para abrirnos a vivir la virtud cotidianamente.
Todos necesitamos trabajar nuestra psique, nuestra dimensión psicológica, se considera importante estar abiertos a recibir la ayuda de un psicólogo clínico y acudir a psicoterapia, de manera que podamos avanzar en temas que solos no podemos, por ejemplo: sanar una herida afectiva por abuso sexual, abandono paterno, sobreprotección materna, ruptura sentimental o muerte de un familiar o amigo. Trabajar nuestros rasgos de personalidad disfuncionales o trampas vitales, y los distintos problemas o trastornos psicológicos tales como: depresión, ansiedad generalizada, crisis de pánico, bipolaridad, ansiedad social, fobias, obsesiones, entre otros.
El ser humano busca una madurez psicológica e integral, que no es otra cosa que “una relación equilibrada y armónica entre razón, voluntad y afectividad”. Es una invitación a vivir la reconciliación, el orden y la armonía entre inteligencia, afectividad y voluntad. No es raro que el hombre viva una desconexión y ruptura entre estas facultades, que cada una esté como por su lado, eso acentúa la ruptura consigo mismo y la posibilidad de sufrir algún trastorno psicológico.
En esta dimensión es importante también, los espacios de lectura y estudio sobre distintos temas de interés; son un gran alimento para el intelecto y el espíritu, es un espacio de reflexión, meditación, también de alimento de tu vida interior. La apertura a nueva información y nuevos conocimientos, son una invitación al cuestionamiento, a la reflexión, apertura a la cultura, etc.
Escribir es otro medio importante para cultivar nuestra vida interior, llevar un diario con pensamientos o experiencias, escribir artículos, poemas o reflexiones.
La Dimensión Espiritual
Es la que permite que la persona trascienda su naturaleza y sea capaz de abrirse al ser supremo, a Dios. Es donde están los valores transcendentales y donde se da la relación con Dios. El espíritu es el punto de contacto con Dios, así como nuestro núcleo y centro, puesto que tenemos mismidad; quien nos define como personas únicas e irrepetibles. “No hay que confundir la dimensión espiritual con lo religioso, no son equivalentes, sin embargo, lo religioso se constituye un ámbito de despliegue de ese mismo espíritu”.
Lo espiritual tiende a ser más personal y privado y lo religioso tiende a incorporar el rito, la liturgia y la oración pública, así como también corresponder a una verdad dogmática o teológica, lo que normalmente se llama religión.
Se considera que esta dimensión es la más importante de la persona, aunque se insiste en que la persona humana es unidad bio psico espiritual, por tanto, son las tres dimensiones las que hay que cultivar y cuidar, para “afilar la sierra” y alimentar eficientemente nuestra vida interior, las tres dimensiones están íntimamente relacionadas, son unidad inseparable, así que aunque parezca que lo biológico no haga parte de la vida interior, si lo es, también porque hay sensaciones corporales o realidades físicas que uno no las ve y tampoco las conoce. Es importante para una madurez integral, que cada persona logre una relación y conexión con cada una de sus dimensiones, y reconozca en el día a día la relación que existe entre las tres dimensiones.
Es importante que cultives tu dimensión espiritual y religiosa, de manera que puedas avanzar en una existencia plena y feliz.
Para mí, es muy importante, al inicio de mi día, empiezo con mis momentos de oración, meditación y reflexión, sobre la Escritura o lecturas al día, también el examen de conciencia, la adoración al santísimo, la eucaristía, y el rezo del rosario, entre otros. Los espacios mensuales de retiro espiritual o ejercicios espirituales, son también importantes medios de renovación interior y espiritual.
Desde mi fe católica, considero fundamental, el recibir la gracia de Dios, y la fuerza del Espíritu Santo, a través de la oración y los sacramentos.
El trabajar en el crecimiento de la virtud o de las virtudes cotidianamente, también es un tema fundamental, como una manera de caminar hacia una vida cristiana autentica, y de seguimiento del Señor Jesús.
(Tomado de la página 78 a la 88 del libro “El líder virtuoso y las habilidades para la vida, Ediciones Paulinas)