Articulo

Dificultades en la vivencia de la sexualidad-genitalidad

Cabanyes y Monge (2010), afirman que:

La conducta sexual constituye un complejo proceso en el que, sobre la base fisiológica de los sistemas reproductor y neuroendocrino, y bajo la influencia de factores socioculturales de todo tipo, participan los diferentes componentes –cognitivos, impulsivos, afectivos, etc.- de la vivencia y las dimensiones de la personalidad. A todo ello se añade, en caso de activación del aparato genital, la necesaria reacción, en interacción con los sistemas nervioso y endocrino, del sistema vascular. Cualquier alteración que afecte a estos componentes, dimensiones y sistemas, puede producir trastornos y disfunciones sexuales (p. 346).

La sexualidad del ser humano posee distintos elementos y dimensiones -como se ha mencionado-: psicológica, lo física, espiritual y social. Es por esta razón que no es meramente biológica, sino una capacidad que permite manifestar un amor íntimo y total, mediante gestos corporales, habilitando a los seres humanos para ser padre o madre. Asimismo, la vida o conducta sexual es normal y saludable cuando respeta los procesos biológicos, psicológicos, espirituales y sociales de la persona, moviéndola a comportarse de manera verdaderamente humana.

En este caso, solo se habla de trastorno si se observa significativamente alterada la biología sexual o el autocontrol sexual. Significativamente, quiere decir que la afectación es persistente, recurrente e interfiere con las actividades ordinarias del sujeto; provocando incluso malestar intenso, dificultades interpersonales, deterioro laboral, entre otras áreas importantes de la vida.

Tomado del libro “Afectividad y Sexualidad en la Vida Cotidina, 2da. Edición, pág 112.

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