Articulo

Esquemas Disfuncionales o Trampas Vitales

Esquemas Disfuncionales o Trampas Vitales

Se considera importante y útil profundizar en los presupuestos fundamentales de la Terapia de Esquemas de los psicólogos Jeffrey Young y Janet Klosko (2001), puesto que los mismos aportan distintas técnicas y herramientas para que la persona trabaje, cambie y mejore en sus distintos rasgos de personalidad, los problemas o insuficiencias que pueden darse en estos son denominados desde esta visión como esquemas disfuncionales o trampas vitales. Particularmente, en el libro Reinventa tu vida, afirman lo siguiente:

Un niño tiene ciertas necesidades primordiales como seguridad básica, relación con los demás, autonomía, autoestima, autoexpresión y limites realistas. Si estas necesidades se satisfacen, el niño crece psicológicamente, pero si hay un déficit grave, aparecen problemas. Nosotros denominamos a ese déficit con el nombre de trampas vitales (p. 52).

Se considera importante entonces entender cómo la insatisfacción de las necesidades primordiales de un niño puede generar problemas psicológicos, esquemas mal- adaptativos, déficits en la personalidad o trampas vitales. Young (2013), afirma que los esquemas se derivan de necesidades emocionales nucleares insatisfechas durante la infancia. 

Así que define 5 necesidades nucleares de los seres humanos:

1. Vínculos seguros con los demás (incluye seguridad, estabilidad, cuidados y aceptación).

2. Autonomía, competencia y sentido de identidad.

3. Libertad para expresar necesidades y emociones válidas.

4. Espontaneidad y juego.

5. Límites realistas y auto-control.

Dichas necesidades son universales, todas las personas las tienen, aunque las necesidades de algunos individuos son más intensas que las de otros. Una persona psicológicamente sana es el que puede satisfacer de manera funcional estas necesidades emocionales nucleares. Siguiendo a Young, no se puede dejar de mencionar un factor fundamental en el desarrollo de los llamados esquemas desadaptativos o trampas vitales: el temperamento. Este es innato y tiene una serie de rasgos que se ubican en cada uno de los siguientes rangos de posibilidad: introversión-extroversión, pasivo-agresivo, emocionalmente monótono-emocionalmente intenso, ansioso-tranquilo y sensible- invulnerable.

En este sentido, Young (2001) entiende el temperamento como la combinación de esas dimensiones. La herencia y el entorno conforman e influyen al ser humano. Además, la influencia más importante es la familia, ya que sus dinámicas fueron las mismas de nuestro mundo más precoz. Cuando en la vida adulta se reproduce la trampa vital, lo que casi siempre se repite es el drama de la infancia familiar. En la mayoría de los casos, la influencia de la familia es más intensa en la primera infancia y progresivamente declina a medida que el niño crece. Además, las influencias destructivas de la infancia interaccionan con el temperamento y conforman las trampas vitales. Dichas trampas vitales o esquemas mal adaptativos tempranos constituyen estructuras extremadamente estables y duraderas que se elaboran en la infancia, se desarrollan a través de la persona y son disfuncionales en grado significativo. Estos esquemas sirven como plantillas a través de las cuales se procesará posteriormente la información.

Psi. Humberto Del Castillo Drago
Director General de Areté

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