Articulo

¿Es lo mismo recta valoración de sí mismo que autoestima?

Es lo mismo recta valoración de sí mismo que autoestima

Desde los desarrollos de la Psicoterapia de la Reconciliación se considera que la recta valoración de sí mismo, valoración personal, amor a uno mismo o autoestima, son una de las dimensiones de la necesidad de significación, junto con la capacidad de resonar interiormente y la capacidad de amar (afectividad).

Es importante tener en cuenta que la palabra autoestima es muy usada hoy en nuestra cultura y en diversos ámbitos (no solo en el psicológico). Incluso hay quienes afirman que “está de moda”. Este concepto traduce literalmente “self-esteem” que introdujo la psicología social queriendo expresar la particular valoración que una persona hace de sí misma. James (citado por Polaino-Lorente, 2000), en una publicación de 1890, hace mención de este término distinguiendo el mismo en tres tipos: material, social y espiritual. Sobre la autoestima dice lo siguiente:

La autoestima es un auto sentimiento, que depende por completo de lo que nos propongamos ser y hacer: está determinado por la relación de nuestras realidades con nuestras supuestas potencialidades; una fracción de ellas es el denominador de nuestras pretensiones y nuestro éxito es el numerador (p. 109).

Se considera oportuno mencionar que la definición de James antes explicada, enfoca la autoestima en el éxito o resultados que puede lograr una persona en su vida o proyectos cotidianos. Esto puede explicar el que aún hoy para muchos sea el resultado más de lo adquirido con el propio esfuerzo que de algo que le ha sido concedido a la persona. En cualquier caso, son numerosas las definiciones de “autoestima” de diversos autores que circulan por distintos medios. Esta es una de las razones por las cuales se prefiere utilizar los términos recta valoración de sí mismo o valoración personal como sinónimos de la misma, buscando así ser coherentes con una antropología que responda a la verdad sobre el ser humano. Cuando se habla de dichos conceptos se entiende que los mismos no son algo solamente práctico, pragmático, útil o que no hacen referencia únicamente a sentirse bien o no, tener éxito o simplemente “dar una buena imagen”. Por esta misma razón se ha buscado otra definición más coherente con esta antropología, siendo González (1999), quien conceptualiza a la autoestima como: “La valoración positiva o negativa que el sujeto hace de sí mismo, de su auto concepto, valoración que se acompaña de sentimientos de valía personal y de auto aceptación” (p. 224). 

Por otro lado, el psiquiatra español Aquilino Polaino dice sobre la autoestima que es como el “humus” en donde albergan las raíces del propio yo para que crezca derecho y en su máxima estatura (Polaino, 2000).En esto se comprende que el paralelo con el humus hace referencia a que se ubica en las capas superiores del suelo, siendo una sustancia de color oscuro debido a su alto contenido de carbono que surge cuando distintos elementos orgánicos hacen su descomposición. Por lo que dentro de la biosfera es la parte biológicamente más activa, así como para la humanidad sería la valoración personal. En otro lugar, Polaino (2003), señala que: “La autoestima no es otra cosa que la estimación de sí mismo, el modo en que la persona se ama a sí misma” (p. 7). 

Por su parte, Monbourquete (2002), afirma que: “La autoestima que me he construido depende a la vez de la apreciación ajena y de la propia” (p. 27). La autoestima o valoración personal surge entonces de la percepción que cada persona tiene respecto a la forma de pensar que tienen otros, constituyendo así dos elementos importantes: visión personal y visión de los otros. 

Por otro lado, Izquierdo (2008), define la autoestima como:

La suma de la confianza y el respeto que debemos sentir por nosotros mismos y refleja el juicio de valor que cada uno hace de su persona para enfrentarse a los desafíos que presenta la existencia. La autoestima es la visión más profunda que cada cual tiene de sí mismo; es la aceptación positiva de la propia identidad y se sustenta en el concepto de nuestra valía y capacidad personal (p. 21).

Este término es entonces la percepción de valor que hace la persona sobre sí misma, es decir de sus distintos rasgos, características físicas, psicológicas y espirituales que conforman su personalidad. Además, el desarrollo de la autoestima es consecuencia de la armonía duradera de creencias, opiniones, percepciones, conocimientos y valoraciones que cado uno hace respecto a sí mismos. Esto se relaciona con las tres facultades de los seres humanos (inteligencia, afectividad y voluntad). 

En esta misma línea, Castanyer y Ortega (2013), afirman que: “La autoestima es el conjunto de pensamientos, sentimientos y conductas que hacen que una persona se considere digna de ser valorada y querida por sí misma, sin depender para ello de la valoración y el cariño de los demás” (p. 45). En este sentido, la persona tiene una idea, un pensamiento sobre sí misma que puede ayudar a generar reacciones sentimentales llamadas emociones o sentimientos, así como acciones, conductas o comportamientos. Así que la clave en la autoestima o valoración personal es la idea que la persona tiene de sí misma, qué dice de sí, qué piensa de sí misma. Es también aquello que la persona siente con respecto a sí misma, se refiere a si se acepta o no, o lo que acepta o no de sí mismo en términos de autoevaluación. Incluye pensamientos, ideas, valoraciones, emociones, sentimientos y acciones que influyen en la manera de ser, estar y hacer de la persona.

(Tomado del libro Creciendo en la Valoración Personal Día a Día, de las páginas 32 a la 35)

Deja un comentario