Educando mis Emociones

Humberto Del Castillo Drago

Estábamos, mayo o junio del 2020, a dos o tres meses de haber iniciado la pandemia del Covid-19, nos encontrábamos en el aislamiento social más radical, comenzaron a llegar mi consulta virtual, distintas personas con depresión, ansiedad e incluso pánico, hablando con uno de mis consultantes: José, de 40 años, que llego con pánico, con mucho miedo a que se iba a contagiar, enfermar de Covid e incluso a morir. Hablando con él, recogiendo los datos sobre su historia personal; quedo claro que José es una persona que tiende a la ansiedad, que reacciona con miedo y angustia ante distintos eventos significativos de su vida, y que lo que ha sucedido es que ante una situación limite, como fue la pandemia mundial, había reaccionado con ansiedad y pánico, el cuenta que nunca había ido al psicólogo, y que nunca había realizado un trabajo para educar sus emociones.

El ser humano, tú y yo, tenemos tres facultades psicológicas: la inteligencia, la afectividad y la voluntad, que hacen parte de nuestra unidad inseparable, cada facultad es importante y está interrelacionada con la otra. No solo somos inteligencia, ni somos solamente afectividad o emociones, ni somos solamente conductas o comportamientos. Tenemos ideas y pensamientos, poseemos afectividad y emociones y nos proyectamos en el mundo a través de nuestras acciones, conductas y comportamientos.

Somos Unidad Inseparable. Sin duda alguna, para quien quiera vivir el liderazgo virtuoso, es fundamental conocer su afectividad y contactarse con su mundo emocional, incluso trabajar en su estado de ánimo, se considera importante conocer y educar nuestras emociones, ya que ellas muchas veces generan perturbación emocional en cada uno de nosotros, y nos llevan actuar disfuncionalmente.

¿Qué es la afectividad?

Es la capacidad de resonar o vibrar interiormente y la capacidad de amar, servir y entregarse a los demás. Existen distintas vivencias o expresiones de la afectividad. Una de ellas son las emociones, como vemos la afectividad es más amplio que las emociones. En el libro “Afectividad y sexualidad en la vida cotidiana”, afirmo que además de las emociones, son vivencias de la afectividad: los sentimientos, el estado de ánimo, las pasiones, la motivación, la ilusión, el amor, la comunicación, las relaciones sociales y asertividad.

¿Qué son las emociones?

Son una vivencia o expresión de la afectividad de la persona. Es una respuesta o reacción afectiva o sentimental ante determinado estímulo. Deriva de la palabra latina «emovere», que significa agitación. Por tanto, podemos decir que la emoción, es una conmoción interior generalmente brusca, aguda, rápida, espontánea y súbita que se produce en la afectividad o estado de ánimo de la persona. La emoción siempre viene acompañada de manifestaciones físicas tales como sudoración, taquicardia, dificultad respiratoria, etc. Su duración es breve y escueta. Las emociones son neutras; en el sentido que no se les puede dar una connotación moral, o decir que son buenas o malas, simplemente existen, se dan, son reales, son una respuesta afectiva ante algo que se presenta como atractivo o amenazador.

En ese orden de ideas es importante decir que las emociones son adaptativas, puesto que me sirven para adaptarme al medio o a los distintos momentos o etapas que estoy viviendo. Por ejemplo: estoy triste porque ha muerto un amigo, me alegro cuando mi equipo de fútbol preferido mete un gol, me da miedo caminar por una calle oscura y sola, me da miedo encontrarme de pronto con un perro que me ladra.

Ante todo, esto, me parece fundamental plantear la importancia de la educación de las emociones, para que la persona pueda avanzar en su madurez afectiva y una existencia feliz y virtuosa. Se trata de que cada quien conozca sus emociones y vaya aprendiendo cotidianamente a contactarse con ellas, conocer sus emociones, de manera que pueda crecer en estabilidad, armonía, paz y reconciliación. Ellas aparecen y son una respuesta súbita y espontanea ante determinada situación, por ello es que se dice que no podemos controlar su aparición, y por tanto ejercen una influencia importante en nuestra mente y en nuestro cuerpo. Podemos controlar la expresión o manifestación de la emoción, pero no podemos controlar la emoción en cuanto tal.

Es importante entender que los circuitos emocionales a diferencia de los circuitos cerebrales, se desarrollan en los primeros meses de gestación en el útero materno y la mayoría están ya operativos desde el nacimiento 1.

Por todo ello, podemos decir, que siempre estamos sintiendo emociones, es el circuito emocional el que predomina en la conducta.

A continuación, una lista de emociones primarias:

(Del Castillo, 2021) 2

  • Ira: rabia, enojo, indignación, irritabilidad, hostilidad y, en caso extremo, odio y violencia.
  • Tristeza: aflicción, desconsuelo, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, desaliento, desesperación y, en caso patológico, depresión grave.
  • Miedo: temor, preocupación, inquietud, desasosiego, incertidumbre, nerviosismo, en el caso de que sea psicopatológico, ansiedad, fobia y pánico.
  • Alegría: gozo, tranquilidad, contento, diversión, placer sensual, estremecimiento, satisfacción, éxtasis y, en caso extremo, manía.
  • Confianza: aceptación, amabilidad, afinidad, enamoramiento y caridad.
  • Sorpresa: sobresalto, asombro, desconcierto, admiración.
  • Aversión: desprecio, desdén, displicencia, asco, disgusto y repugnancia.
  • Vergüenza: culpa, perplejidad, desazón, remordimiento, humillación.

1 HERNÁNDEZ, Manuel. “Apego y Psicopatología: la ansiedad y su origen”. Bilbao, España: Desclée de Brouwer, S.A, 2019.
2 DEL CASTILLO, Afectividad y Sexualidad en la Vida Cotidiana, 2021. Op. Cit.

(Tomado del libro El Líder Virtuoso y las Habilidades para la Vida, de las páginas 52 a la 55. Ediciones Paulinas: 2022.)

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