Articulo

No soy mis pensamientos

Para entender al hombre moderno es clave recordar como muchas veces el mismo reduce su realidad, a solo un ámbito de su existencia.

En un artículo anterior decíamos que el hombre identifica su ser con cuatro realidades parciales de sí mismo, dichas realidades no responden auténticamente a la identidad profunda del ser humano.

Anteriormente desarrollamos que “No soy mi cuerpo”, en éste artículo abordaremos el tema “No soy mi pensamientos”.

Es fundamental recordar que la persona humana es, “por su propia naturaleza, una unidad bio-psico-espiritual”. Es decir que está conformado por tres dimensiones. No son tres naturalezas. Son tres dimensiones de una misma persona.

Sin embargo vemos que el hombre vive en medio de una ruptura consigo mismo, por ello es que reduce su vida a realidades parciales de sí mismo.

El pensamiento es la actividad y creación de la mente, todo aquello que tenga su origen en la razón, en la inteligencia del ser humano.

Hoy en día el hombre reduce su realidad a su pensamiento. Hoy más que nunca vivimos la influencia de Descartes. El antepone el pensamiento, la razón, al ser del hombre. Puso como piedra fundamental del pensamiento humano la afirmación: «Pienso, luego existo» (Cogito, ergo sum).

El cambio que se origino en la sociedad a partir de Descartes nos ha conducido a la identificación del ser, de la existencia con el pensamiento, con la capacidad del ser humano de proyectar contenidos racionales prescindiendo de su fundamento en la realidad objetiva. Hoy se relativiza la verdad, se dice que no existe la verdad absoluta, que todo es relativo, que lo más importante es lo subjetivo. Nuestra cultura, nuestra sociedad vive un subjetivismo absolutizante.

¿Qué es el subjetivismo? Es cuando desde mi percepción subjetiva de la realidad hago una absolutización del juicio sobre la realidad, cuando lo que percibo subjetivamente lo percibo incorrectamente por criterios o prejuicios errados que tengo.

Tenemos pensamientos, razonamos, elaboramos ideas pero es importante anotar que NO somos las ideas que elaboramos. Algunos viven creyéndose superiores o especiales por que son inteligentes o porque son creativos. Los hay también que no se valoran en absoluto porque se creen poco inteligentes o ignorantes.

Se trata de reconocer que no puedo colocar mi valoración en lo que pienso, mi valoración no se reduce a cuán inteligente soy o no. Yo valgo por algo más grande y valioso que mi inteligencia, pensamientos, planes y proyectos.

Es importante ir al fondo de sí mismo, de mi identidad para responder a la pregunta ¿Quién soy? Se trata de responder desde la verdad y objetividad, se trata de mirar al hombre integralmente. Mirar la realidad desde mis ideas y pensamientos es reducir la realidad a mi subjetividad. Es ahí cuando me quedo sin fundamento objetivo y mi vida queda sometida a mi pensamiento e inteligencia, que como sabemos es limitada y frágil.

Humberto Del Castillo Drago
Psicólogo
Director General de Areté

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