Articulo

¿El alcohol es depresivo?

Está es la pregunta fundamental, que vamos a intentar responder en el presente artículo, con la idea de entender ¿Qué es primero el alcohol? ¿o la depresión?, la relación que existe entre estos dos temas, y como uno afecta al otro en la salud mental de la persona. 

¿Qué es la depresión?

Comúnmente la persona que se encuentra triste, relaciona su tristeza como una depresión, en este sentido, Del Castillo (2021) en su libro segunda edición, Afectividad y Sexualidad en la vida cotidiana, afirma:

Es importante distinguir entre lo que es la tristeza y la depresión, debido a que a veces pudiera existir confusión entre dichos términos. Incluso porque en nuestra sociedad actual, se acostumbra a decir coloquialmente: “estoy deprimido o depresivo”, cuando en realidad la persona está triste. (p.66)

 Por esta razón, la emoción de tristeza está unida a los estímulos sensoriales que son aquellos que se reciben a través de los órganos de los sentidos, que ayudan a que percibamos e interactuemos con el entorno, es por eso, que cuando hablamos de sentidos tenemos en cuenta la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.

Por lo consiguiente, según, Del Castillo (2021) “todos los seres humanos viven la tristeza cotidianamente. Por ejemplo, cuando se enferma un ser querido, cuando muere el mejor amigo, cuando se pierde una materia o cuando pierde el equipo de futbol favorito” (p.66)

De acuerdo con lo mencionado, te explicaremos algunas razones básicas de un estado depresivo y como se relaciona en aquellos que lo sufren.

La diferencia que encontramos en aquellas personas con depresión, manifiesta estado de ánimo de desesperanza provocando sentimientos de culpabilidad y malestar emocional profundo, también se evidencia, en la pérdida del interés en las actividades con las que se disfrutaba o tener escaso placer al realizarlas la mayoría de los días durante las últimas semanas. Según, Centro Argensola (2022): 

La depresión es una enfermedad que afecta al estado emocional, al cuerpo y los pensamientos y no se puede manejar a voluntad. Afecta la forma en la que comes y duermes, al deseo y la motivación, a la opinión de ti y a tu concepto de la vida en general. En una depresión, los síntomas pueden durar meses o años, influyendo notablemente en la calidad de vida. Las niñas, niños, adolescentes y adultos también pueden sufrirlas y algunos tipos de depresión son encubiertos con otros síntomas como la hiperactividad, la manía, las sustancias psicoactivas, alcohol, exceso de trabajo y de actividades cotidianas sobre cargadas. (p.2)

Para concluir, las personas con trastorno depresivo son aquellas que en medio de sus crisis emocionales buscan cómo sostener el dolor o simplemente llenar un vació; uno de ellos es el “alcohol” por lo tanto, el consumo agudo puede producir sedación y euforia. Según, Ochoa et, al. (2009):

El consumo crónico produce deseo de consumo por disminución niveles de dopamina, incremento canales del calcio, incremento de los receptores de N-metil-D-aspartato (NMDA) y disminución del GABA. En la abstinencia se produce un estado de excitabilidad neuronal en el que están implicados el elevado número de receptores NMDA, y canales de Calcio y la disminución de gabaérgicos. La actividad del receptor NMDA en hipocampo pude provocar convulsiones y el aumento de liberación de dopamina en hipocampo puede provocar alucinaciones en el delirium. (p.3)

¿Qué es, y cómo actúa el alcohol?  

Es importante mencionar que el alcohol es una sustancia química que manifiesta diferentes usos, por lo cual está presente en varios organismos y compuestos naturales. Según Guzmán, (2018) menciona que” El alcohol etílico, también conocido como etanol, es la sustancia psicoactiva que se encuentra en las bebidas alcohólicas de uso recreativo, como el vino, el licor o la cerveza” (p.4)

Asimismo, como lo menciona Guzmán (2018):

Su principal efecto es la depresión que produce una inhibición neuroquímica en los receptores GABA cuando se encuentra en consumo alto, el etanol tiene consecuencias como desinhibición conductual combinada con estados de euforia, somnolencia, mareos, baja de reflejos, ralentizar los movimientos, disminución de la visión, entre otros. Sus efectos son muy similares a los que producen medicamentos psicotrópicos como las benzodiazepinas y los barbitúricos, ya que actúan sobre los mismos receptores neuronales. (p.4)

El consumo de alcohol agranda la elaboración de un neurotransmisor llamado GABA que propicia la sedación y la calma. Según Heraldo.es noticia, (2017) afirma “Además, se reduce otro elemento estimulante, el glutamato. La combinación de ambos efectos provoca la clásica relajación de la borrachera, así como lentitud en el habla y el movimiento” (p.2)

Insensiblemente, la persona puede desconectarse temporalmente provocando sensación de dolor y pensamientos negativos, cómo anteriormente se ha mencionado, esto es recurrente en las personas deprimidas. Por otra parte, los fármacos antidepresivos es un potente depresor, por lo que, lo más habitual es que el estado depresivo empeore. Según Arias 2005:

El alcohol ejerce su principal influencia sobre el sistema nervioso, y tanto la tolerancia como la dependencia dependen en gran medida de sus efectos neuronales. Su acción psicofisiológica y farmacodinámica es fundamentalmente depresiva, semejante a la producida por anestésicos generales. Como ellos, actúa sobre la membrana neuronal, gracias a su alta solubilidad en los lípidos. (p.7)

El alcohol produce efectos en dosis pequeñas esto tiene que ver con la desinhibición y la relajación, lo que provoca la falsa sensación de mejoría de los síntomas de tristeza, ansiedad, aislamiento social, entre otras. 

No obstante, resulta lógico estar en una sociedad que promueve las conductas adictivas y no somos conscientes como puede implicarse, y, notablemente la persona que se encuentre deprimido busque el alcohol como una manera de no sentirse triste y abatido.

Además, el problema es que el consumo excesivo de alcohol produce un deterioro físico y psicológico cada vez mayor, generando descuido personal y reducción y abandono de relaciones sociales. Evidentemente, estamos hablando de que la depresión antecede al uso problemático de alcohol y la persona que está deprimida busca en el alcohol un alivio de los síntomas depresivos y es allí que puede complicarse la situación. 

En consecuencia, si la persona toma fármacos antidepresivos y mezcla alcohol puede sentirse más deprimido o ansioso, como resultado al tomar alcohol puede contrarrestar los beneficios del medicamento pudiendo delimitar el tratamiento otorgado de la misma. En concordancia, el alcohol puede parecer que mejora el estado de ánimo a corto plazo, pero, su efecto general aumenta los síntomas de la depresión y la ansiedad. Concretando es mejor evitar la combinación de antidepresivos y alcohol, en todo caso a lo contrario puede ocasionar sucesos peligrosos.

Dicho lo anterior podemos comprender algunos de los principales efectos que puede provocar la combinación de los fármacos antidepresivos con el consumo de alcohol.

Los efectos secundarios pueden empeorar si también tomas otro medicamento:

Distintos medicamentos pueden causar problemas si se toman con alcohol, entre ellos, los medicamentos contra la ansiedad, los medicamentos para dormir y los analgésicos. Los efectos secundarios pueden empeorar si bebes alcohol y tomas uno de estos medicamentos junto con un antidepresivo.

Puede haber alteraciones en tu estado de alerta y tus pensamientos:

La combinación de antidepresivos y alcohol afectará tu criterio, tu coordinación, tus habilidades motoras y tu tiempo de reacción en mayor grado que si solo tomas alcohol. Algunas combinaciones pueden darte sueño. Esto puede alterar tu capacidad de conducir o de hacer otras tareas que requieran concentración y atención.

Puedes sentirte sedado o somnoliento: 

Algunos antidepresivos, al igual que el alcohol, causan sedación y somnolencia. Si se toman juntos, el efecto puede intensificarse. Según Guzmán, (2018):  Debido a que el alcohol produce somnolencia, y en ocasiones la depresión tiene como característica una dificultad para conciliar el sueño, la toma de bebidas alcohólicas se convierte en un recurso común. Sin embargo, se trata de un efecto a corto plazo, ya que, si bien el consumo de alcohol puede provocar un sueño rápido, también es común que altere los ritmos circadianos y provoque estados de vigilia a media noche. (p.11)

Es por eso que consumir alcohol no solo, no combate la depresión, sino que puede inducirla por sus propiedades depresoras, o la agrava, si ya existía, provocando el incremento de los sentimientos de culpa y desequilibrio que disminuye la propia valoración personal.

Recomendaciones para disminuir el exceso del alcohol

-Conoce tu consumo: calcula cuánto bebes:

¿Cuántos días bebes a la semana? ¿y al mes?

¿Cuánto alcohol bebes en cada ocasión?

-Sustituye el alcohol de tu despensa por otras bebidas sin alcohol.

Cambia las medidas: cambia el recipiente en el que sueles beber por otro más pequeño (vasos pequeños), te ayudará a reducir la cantidad de alcohol.

Bebe despacio: bebe con calma y dando pequeños sorbos. Si vas a beber, procura disfrutar del sabor y no de los efectos del alcohol.

Suelta el vaso: si mantienes el vaso o copa en la mano beberás con más frecuencia, déjalo sobre la mesa después de beber.

Si sueles beber con frecuencia, elige los momentos. Por ejemplo: un vasito de vino sólo a la cena.

Diluye el alcohol: tomar el alcohol con refrescos sin gas, sifón o limonada hará que tomes menos cantidad.

-Elige bebidas más suaves: las bebidas fermentadas contienen menos graduación que las destiladas.

-No bebas sólo alcohol: intercala las bebidas alcohólicas con otras sin alcohol, como agua o refrescos.

-No mezcles drogas: consumir otras drogas o medicamentos con alcohol intensifica los riesgos y perderás la noción de las unidades que has consumido.

-No bebas alcohol con sed: el alcohol deshidrata, si tienes sed bebe agua u otras bebidas sin alcohol. Evita también comer alimentos salados mientras bebes alcohol.

Márcate días «sin»: establece unos días durante la semana en los que no bebas nada de alcohol.-Evita beber por beber: no bebas porque todos han pedido otra ronda, porque está encima de la mesa o «porque sí». Sé consciente de lo que bebes en cada momento.

Psi. Humberto Del Castillo Drago
Psi. Yennifer Tatiana García Mazo

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