Articulo

Los primeros amores y el enamoramiento inteligente

Los primeros amores

Cuando empieza la pubertad alrededor de los 12 años, aparecen una serie de cambios biológicos y corporales en la persona, los famosos cambios “puberales”. Si bien las mujeres se desarrollan antes que los hombres, en ambos sexos surgen los cambios en los dos planos: sexuales-primarios (órganos sexuales) y sexuales-secundarios (vello, cambio de voz, etc.). Con dichos cambios, se produce un aumento en la atracción o deseo sexual. Es por este motivo que se considera a la adolescencia como la entrada en la vida amorosa; los primeros flechazos, los amigos, las penas del corazón, etc.

A este respecto, en la sociedad actual, es cada vez más común que el inicio sexual surja en las etapas antes mencionadas (pubertad y adolescencia). Por lo que se considera que, si bien dichos adolescentes pueden sentir atracción y deseo sexual intenso, no están preparados -ni psicológica ni espiritualmente- para iniciar su vida sexual-genital. Adicional a esto, las relaciones sexuales implican a todo el ser humano como ser integral, no solamente su dimensión física. Se menciona entonces en mi libro Reconciliación de la historia personal (Del Castillo, 2016), que es importante destacar la unidad que existe entre afectividad-sexualidad-genitalidad y, en este contexto, existen algunas experiencias sexuales tempranas no asimiladas que podrían ser fuente de heridas afectivas. Un factor importante en la asimilación de distintas experiencias vitales es la edad o madurez de la persona. 

Ahora es preciso compartir un pequeño aporte en cuanto al tema del enamoramiento o noviazgo, según se llame en cada país. En Perú se dice enamoramiento y en Colombia se dice noviazgo. En esta misma línea, Rojas (2010), afirma que:

El amor inteligente es una creación personal, capaz de ensamblar al mismo tiempo los sentimientos, la inteligencia y la espiritualidad como puente entre uno y otro. Es un reto. Una meta. Aspirar a construir un amor duradero, sólido, firme, consistente, plástico, con capacidad para sortear las muy diversas dificultades por las que habrá que pasar” (p. 85).

En este mismo sentido en que se está ante la educación de los sentimientos o de la afectividad, es decir, de las emociones respecto a otro ser humano, se invita a conocer dichos sentimientos en la medida en que se aplican criterios lógico-racionales para buscar la objetividad sin que los afectos pierdan frescura, lozanía y espontaneidad. Es pensar también en mi ser como unidad inseparable, así como en el otro siendo una persona con mismidad e identidad personal. Adicionalmente, pensar que el otro no es una cosa para usar o botar, tampoco usted es solamente su cuerpo o solamente sus sentimientos. 

De acuerdo con lo anterior, pensando entonces que el atractivo físico es una etapa del proceso de enamoramiento o noviazgo, es importante entender que la relación sexual es un acto íntimo de persona a persona, no solamente de cuerpo a cuerpo. No obstante, esto que se habla es contrario a lo que difunden los medios de comunicación, los mismos en donde se banaliza y comercializa lo sexual-genital como un producto más de la sociedad de consumo.

Al hablar de enamoramiento o noviazgo, se habla del proceso por el cual muchachos y muchachas llegan a conocerse para establecer una relación afectiva. Sean Covey (2007), establece la diferencia entre un noviazgo inteligente y un noviazgo “a lo tonto”, en su libro las 6 decisiones más importantes de tu vida, afirmando lo siguiente:

El Noviazgo inteligente es salir con alguien de manera exitosa; ser selectivo con las personas con quienes sales, pasar el tiempo y divertirte, permanecer estable pese a los altibajos de la relación, mantener tu principio. Mientras que el Noviazgo a lo tonto es salir con alguien sin buen resultado, salir con la primera persona que te encuentres, centrar tu vida en tu novio o novia, que te rompan el corazón una y otra vez, hacer lo que parece que todo el mundo hace. (p. 173).

El mismo autor plantea 6 lineamientos para un noviazgo inteligente:

  1. No tener novio o novia demasiado pronto: es buscar el momento oportuno con la persona adecuada.
  2. Salir con personas de tu edad: las personas mayores tienen otro recorrido, distintas experiencias y vivencias. Salir con personas de tres o más años, puede resultar halagador pero además te introduce en una relación que podría generar dependencia, control y manipulación.
  3. Conocer a muchas personas: no se encuentra a “la persona” en la primera relación o en las primeras amistades.
  4. Salir en grupo: sea en dos parejas o con más personas tiene muchas ventajas; conoces distintas opiniones y personas, te abres a distintas amistades, etc. 
  5. Fijarte límites: es importante definir con qué tipo de personas se quiere salir y con cuál no, incluso reconocer hasta donde se está dispuesto a llegar.
  6. Tener un plan: principal y otro de respaldo, por si las cosas no resultan como se esperaba.

(Tomado de la 2da. Edición del libro Afectividad y Sexualidad en la Vida Cotidiana, versión electrónica, de la página 106  a la 108 )

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