Articulo

¿Qué es la ira?

Para abordar este tema, se acude a Fuentes (2010), quien señala que la ira: 

Es una reacción del apetito de lucha (o irascible) frente a una amenaza; esta pasión no es otra cosa que una reacción de orden biológico y psíquico, por el cual el organismo vivo se defiende. De aquí que la ira en sí no sea mala, sino esencial a la supervivencia humana y se pueda hablar de una ira buena e incluso santa, como la que vemos en Moisés ante la prevaricación de su pueblo o en Jesús con los mercaderes del Templo (p. 63).

En este caso, la ira se puede desvirtuar de dos modos, según este conocido autor: 

  1. Ante todo, cuando toma la forma de una reacción pronta y aguda. Esta forma de ira se manifiesta enseguida al exterior, reacciona impetuosamente, devolviendo inmediatamente venganza por la herida u ofensa recibida.
  2. Por otro lado, está la ira amarga y difícil. A los dominados por ella se los llama “amargos”, porque la ira les dura largo tiempo dentro y les quema como un reflujo estomacal, pero en el alma. “Amargados” los llama Santo Tomás; e indica, siguiendo a Gregorio Magno, que es tal el modo en que hierve interiormente la ira concentrada que les puede perturbar muchas veces hasta el habla. Por eso, los que están consumidos por la cólera a veces balbucean y no atinan a hablar correctamente.

La ira es definida por Fray Luis de Granada (1946) como “el apetito desordenado de venganza contra quien pensamos que nos ofendió” (p. 526).

Por otro lado, García (1963), anota que al desorden añade la ira la nota de vehemencia en el apetito, comprendiendo esto según dice el P. Puente: “Un apetito vehemente de vengarse del que hace la injuria para librarse de ella” (p. 250). Por lo que la ira implica disgusto y resistencia, por ello se dirige a destruir o dañar el objeto causante del mal, así cuando esta destrucción o daño tiene realidad, entonces la persona airada, siente placer de sentirse satisfecho. Además, la ira procede del atravesarse a algo de por medio, que impide lo obtención de lo que se desarmó, o quita lo que ya se posee. 

En términos psicológicos, la ira es considerada una emoción primaria que son aquellas con las que la persona nace. 

Son naturales, no aprendidas, cumplen una función adaptativa, son de corta duración y se agotan a sí mismas. Solamente duran lo indispensable para cumplir su misión: dolor, miedo, tristeza, ira y alegría son algunas de las más importantes. Ellas forman parte de la persona y cumplen su papel vital para que podamos sobrevivir y adaptarnos al mundo (Riso, p. 22-23).

Después de muchas investigaciones, el psicólogo Aaron Beck (2003), define el término ira como un concepto que expresa un sentimiento y un comportamiento destructivo de la persona. Además, este autor hace un intento por resignificar el concepto de ira, dando a conocer diversas formas en que este puede manifestarse. Uno de sus aportes fue el reconocimiento de la ira como una reacción potencialmente adaptable, debido a que la tendencia a malinterpretar o exagerar las amenazas o críticas, puede representar una estrategia cognitiva dirigida a protegerse de los demás.

Según el DSM-5, la ira es considerada como un criterio importante, presente en diversos tipos de trastornos, como por ejemplo el trastorno negativista desafiante y el trastorno explosivo intermitente. Esto quiere decir que, la ira cuenta con unas características específicas, como la pérdida de la calma, a menudo se está susceptible a molestarse con facilidad, presenta agresión verbal y en ocasiones física, suele sentirse enfadado o resentido y tiende a tener una actitud desafiante o negativa.

(Tomado de la páginas 62 a la 64 del libro Afectividad y Sexualidad en la Vida Cotidiana)

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